Atado a un cordel volaba y
volaba y desde la tierra un niño lo sujetaba.
El Papagayo
¿Has visto en el cielo unas guacamayas
(loros) pasar? ¿Sabías que también las llaman papagayos? Es muy probable que
por asociación en algunos países, incluyéndonos, denominemos papagayos (en
portugués papagaio) a los “voladores” de papel, y como en España, también
le decimos cometas por su larga cola. De cualquier manera y formas
posibles y en todos los idiomas, significa: cosa, ave o animal que vuela.
El papagayo ha
sido un viajero incansable. Desde antes de Cristo, fue reseñado el caso del
general chino Han Sin que lo utilizó por primera vez para enviar mensajes a la
distancia entre los destacamentos de sus guerreros, sirviéndose de los
movimientos y colores que esta figura alada le permitía. Hacia el año 1752, Benjamín Franklin ató al
cordel de una cometa una llave, haciéndola volar un día de tormenta, y gracias
a este experimento creó su más famoso invento: el pararrayos.
- Los niños venezolanos vuelan los
papagayos durante el predominio de los vientos
alisios. En Cumaná tenemos lugares donde se muestran con todo su
esplendor: en los espacios del Castillo de San Antonio y frente al Golfo por
los alrededores del “Monumento Alegórico a la Fundación de Cumaná”.
¿Te entusiasmas a elaborar un papagayo
tan colorido como las guacamayas?
Lo primero es trazar la forma y el tamaño, como guía para trabajar en
la construcción. Los materiales
utilizados para vestir a los papagayos varían, el más común es el papel de seda
por lo liviano y la variedad de colores.
A principios del siglo pasado, los niños
recurrían a la fruta del árbol de chicá;
luego de remojarla se extrae una pega clara y fuerte, muy conveniente
para asegurar los papeles a la estructura.
El material empleado para elaboración de
la estructura debe ser liviano y flexible, como la espiga de la caña (verá). Y
pabilo para amarrarlo y muchos metros
para sujetarlo en su vuelo.
Es indispensable una vistosa cola doble,
hecha de jirones de trapos anudados hasta obtener los largos ideales, una más
corta que la otra aportan contrapeso para estabilizarle en el vuelo.
Y, otros accesorios deben colocársele
cuando la competencia pretende ser aguerrida, se le amarra una hojilla o un
trozo de vidrio anudado a la cola, para cortar el guaral del compañero y dejarlo
ir… ¡A la hila! ¡A la hila!
El escultor Jorge Peña creció en
Caracas, por ello los elabora según las normas tradicionales de la región
central del país.
El papagayo es uno de esos juguetes cuya
elaboración se transmite de padres a hijos, de hermanos mayores a menores, de
amigo a amigo, en este proceso se logra obtener un objeto fabricado
íntegramente por el niño, alcanzando la perfecta conjugación entre diseño y
función. Finalmente el niño al ver su cometa y disfrutarlo en pleno vuelo, se
maravilla, y enriquece sensiblemente
su autoestima
Entrevista: JORGE PEÑA
Autora:
Antolina Martell
Miembro Fundador del Centro
UNESCO
Amigos de la Herencia
Cultural del Estado Sucre