En los pueblos del trópico crecen árboles
grandes y protectores, como la ceiba y el cedro. De fuerza y valentía son el
palo-sano y el samán. Aquellos frutos dulces, como la guama, el níspero, la guanábana,
y las palmeras con sus jugosas almendras. Sentido de regeneración encuentro en
mi memoria verde.
Los días de sequía
y sol radiante liberan una diversidad de juegos, en los que el medio ambiente
participa activamente. Los árboles son fuente de inspiración y soporte de tanta
energía liberada por los niños. Recuerdo lo emocionante de trepar por entre las
ramas, calcular la resistencia antes de avanzar hasta la copa, sin vértigo hacíamos
volar la imaginación.
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CUARENTA
MATAS
Es uno de los
juegos más sencillo el de esconderse. El niño se queda, vuelto de espalda a sus
compañeros, y comienza el conteo:
1,2,3,4… hasta llegar a “Las Cuarenta
Matas”, y al finalizar grita más fuerte, ¡¿Ya?! Los compañeros,
escondidos, le gritan ¡Sí! Y comienza la búsqueda. Nombrará al niño
encontrado diciendo ¡Visto! Y comienza la persecución para tratar de tocarlo. Mientras el
perseguido trata de librarse tocando el espacio determinado como la casa
o taima. Si lo toca antes de entrar al lugar de resguardo, se
intercambian los roles o personajes. Y comienza el conteo de nuevo.
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PALITO
MANTEQUILLERO
Es importante delimitar el área de juego.
El palito debe ser señalado con algo que lo identifique. El que lo esconde debe
ser rápido y sagaz. La meta es encontrar el palito escondido, para ello, quien
lo escondió debe guiar a los participantes con un “frío frío” o “tibio tibio”
o “caliente caliente” o “¡está que quema!”, según sea la
cercanía de los jugadores al lugar donde está escondido. Si alguien lo
encuentra, pasará a ser el que esconde el “palito mantequillero”.
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LA
CANDELITA:
Un grupo de niños se esconde detrás de
columnas o árboles señalados para tal fin. Uno de los participantes queda sin escondite. Este
niño solicita a uno del grupo, -¡Una candelita! Le responden: -¡Por
allá fumea!, señalándole a otro. Mientras va hacia el lugar indicado, los
demás niños se movilizan intercambiando posiciones, permitiéndole alcanzar uno
de los escondites. El que se quede sin el árbol será el siguiente en buscar la
candelita.
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GÁRGARO
Gárgaro agachado:
Comienza como un juego de escondite, dando tiempo para ocultarse, mientras el
(niño) gárgaro cuenta. Al terminar, persigue a varios, si logra alcanzar
alguno, le da tres golpes: -Uno, dos y tres, el gárgaro eres tú.
Si el perseguido logra agacharse, no se le puede tocar.
Gárgaro malojo: El niño que persigue
le llaman gárgaro malojo, persigue a los otros jugadores que han salido del
refugio; el que resulte atrapado antes de regresar al refugio pasará a ser el
perseguidor o gárgaro.
“Un venezolano por adopción no tiene derecho
a llamarse tal si no se conduele por la desaparición de un juego infantil
llamado gárgaro ni por el eclipse
gastronómico de la guama.” T.E. Martínez, 1981.
Autor: Antolina Martell