¿Te has puesto a
pensar en que existen diferentes tipos de cuerdas, así como esas con las que
juegas todos los días? En Venezuela establecemos diferencias entre las cuerdas
según su grosor y material porque ambas
características determinan el modo de usarla y su función. A veces se les llama
cuerdas en muchos países, pero los
venezolanos, que somos muy creativos, las llamamos mecate, cabuya, cordel, guaral y
pita. Un estudiado señor llamado Ángel Rosenblat dice que esta manera de
llamar a las cuerdas de otras maneras
en nuestro país tiene su razón de ser. Por ejemplo, dice Rosenblat, que los
escritores venezolanos “Pocaterra y Rómulo Gallegos han evocado las cuerdas
infantiles de otros tiempos, terror de los pacíficos vecinos. Siempre las
capitaneaba un jefe, que era el guapo, el más fuerte o el más audaz. Los
chicos, por ley de gravitación natural, se organizaban en las cuerdas de sus
parroquias o barrios. (…) ‘Ese muchacho se pasa todo el día con su cuerda de
vagos.’ ¿No eran esas cuerdas dignas
antecesoras de las actuales pandillas de pavitos
y de las novísimas patotas? (…)”.
Pero también dice Rosenblat que podían llamarse cuerdas o cuerditas a los
grupos de amigos o compinches de alguna sociedad o amigos que comparten algún
gusto común.
Ahora, esta liana
inspiradora tejida con el propósito de facilitar maniobras, se convirtió en inseparable amiga del hombre
para sus faenas. El juego al que nos referimos aquí se hace en muchos lugares
como diversión y desarrolla múltiples habilidades en los niños. Este juego está
debidamente documentado por antropólogos
en las culturas inuit del Ártico, en las de África y en
la yekuana del Amazonas (¡aquí en
Suramérica!).
Con un simple trozo
de cordel unido en sus extremos se
pueden construir, durante el desarrollo del juego, unas cuantas figuras
inspiradas de la vida cotidiana. Desde el momento que el cordel se coloca en las manos, hay un orden, paso a paso los dedos se introducen por los espacios
modificando el resultado de la figura anterior y a su vez da paso a otras: La
taza y el plato, el pantalón, la cuna, la cama, las velas entre otras.
Colaboradores:
JORGE PEÑA (Arqueo de Fuentes)
MIGUEL URBANEJA C. (Corrector de Estilo)
Autora:
Antolina Martell
Miembro Fundador del Centro
UNESCO
Amigos de la Herencia
Cultural del Estado Sucre